miércoles, 30 de julio de 2014
Echar de menos
Y echar de menos que siempre es mejor que echar de más. Y el amor urgente, sin tiempo. Despertarse cuando ni estás, dormirse cuando estás llegando. Y que eso sea mejor que otros momentos en los que uno tenía demasiado tiempo. Tanto tiempo que había de sobra para pensar en lo que sobraba.
Me quedo con los minutos robados al sueño, con los abrazos dormidos y con los susurros de ojos entreabiertos. Con la certeza de que estás ahí sin saberlo. Con la conclusión que lo nuestro siempre ha sido de extremos.
Y con saber que lo que más me gusta en el mundo es echarte de menos.
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