miércoles, 16 de octubre de 2013

Sobrevivir y no quejarse

 
     Y no me importan ya los casos varios de corrupción, no me importan las familias que pasan hambre, no me importa la desvergüenza política ni real, ni el no trabajar, ni el no saber que va a ser de mi mañana.

     Y no es que no me importe, es que ya he llegado al terrible punto de asumirlo, es que ya se ha convertido en normal. Es como cuando un niño vive con unos padres "yonkis". Se acostumbra. Las jeringuillas, el inyectarse, todo normal. No se asusta. Las broncas en casa, las palizas. Todo normal. Es lo que lleva viendo toda su vida....
Y aquí está la pequeña diferencia entre una historia y otra. Yo no llevo viendo esto toda mi vida y sin embargo ya me he hecho al asunto. Todos nos hemos hecho. Todos hemos asumido que lo de ahora es lo que toca. Nos hemos cansado de buscar razones y culpables y nos limitamos a sobrevivir en nuestra cueva como sea. Y ni una queja, que siempre alguien alude al tristísimo:"no hables, que hay gente que está mucho peor".

     Todo se resume en sobrevivir y no quejarse. Exactamente igual que ese niño que aprendió a esconderse debajo de la cama a ver si se les pasaba el mono a sus padres.






No hay comentarios:

Publicar un comentario