miércoles, 25 de junio de 2014

¿Armas? de mujer...



     Las mujeres disponen de múltiples complementos y/o trampas para cambiar su apariencia, y verse más bellas, más esbeltas, más altas...tacones de un palmo, fajas reductoras, maquillajes, tintes de cabello...que hacen que al final se diga que una "no es que sea poco agraciada, es que no se arregla".
Cosa, esta última, que siempre me ha parecido un arma de doble filo, porque el disponer de ese amplio abanico de posibilidades estético/cosméticas por un lado nos permite disimular nuestros supuestos defectos físicos, pero por otro nos subyuga y nos obliga a hacer un uso continuo de los mismos para perseguir unos ideales de belleza auto impuestos. Está mal ser rellenita, está mal envejecer, está mal no preocuparse por tu aspecto físico. Y os lo dice una usuaria de cosmética convencida y no dispuesta a abandonar el uso de la misma...

    Otro punto candente es la definitiva sexualización de cualquier situación de la vida, incluso de una búsqueda de empleo. Mujeres objeto, cuyo trabajo es precisamente ese, ser objetos, que se quejan de que no las contraten por su cerebro, sino por sus medidas.
Pero que queréis que os diga, para anunciar lencería hay que tener buena percha, a nadie le importa si hablas 4 idiomas o tienes un Master. No es relevante. Y me parece bien que no lo sea, porque lo que vendes es apariencia. No hay más. Ni me parece criticable, ni censurable, ni nada, en el mundo de la imagen lo que hay que tener son rostros o cuerpos perfectos. C´est fini.

     Otro asunto ya muy distinto, al que llevo ya dándole vueltas unas semanas, es que para desempeñar un puesto supuestamente cualificado se valore más el físico que las cualificaciones en sí. Si vas a trabajar de cara al público lo normal es que quieran que seas una persona extrovertida, agradable, que no te cueste interaccionar con los demás, que seas aseada (eso supongo que se debe pedir para cualquier empleo...) y que tengas ganas de mover el culo....que no de enseñarlo, que es muy distinto.

     He trabajado durante años de cara al público y tengo innumerables anécdotas (mías y de mis compañeras) sobre babosos mal educados. ¿Tengo que aguantarlos?,¿entra eso dentro de mi trabajo?, insinuaciones faltas de gusto y totalmente fuera de contexto, suposiciones de la clientela de que estamos ahí para eso, para que nos vean, para que nos hablen de nuestro escote y nos digan lindezas como que las mujeres sólo sirven para limpiar y para el sexo. True story. Y sin poderlos mandar a la mierda. Y con el silencio cómplice de algunos de nuestros superiores (masculinos), que no lo dicen explícitamente, pero que ven de lo más normal las situaciones vividas.


     Y como no toda moza es santa y todo macho el infierno, también tenemos a la mujer "te arrimo el culo a la cebolleta todo lo que puedo y luego me quejo si me tiras los trastos" (feministas-feminazis cruzificándome ya mismo¬¬).....qué las hay...y muchas muchisísimas. Mujeres faltas de autoestima y necesitadas de atención, cuyo único modo de atraerla es con el sexo.
Nenas, lo bonito (ya sea interior o exterior) no busca llamar la atención, porque no lo necesita...qué lo sepáis. Y para calentamiento global ya tenemos el del Planeta. Y sobra.

Ahí queda eso. Yo sólo pido un poco de respeto. Que sí, que me gusta arreglarme, me gusta gustar y gustarme...pero si no te arrimo el culo a la cebolleta respétame que soy un ser humano y me lo merezco.

Nada más y nada menos que eso.




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