Hoy tengo un recuerdo especial para aquella época de mi vida en que las Noche Buenas eran realmente buenas de verdad, un recuerdo para mi padre que se vistió una vez de papá Noel, otro recuerdo para los juegos con mis primos, otro para mis abuelos (los que aún están conmigo y a los que ya se fueron), etc...
Tengo grabadas a punzón (de esos que se usaban en el cole!), muchas
noches transcurridas en familia que forman ya parte de esos recuerdo indestructibles que los años lo logran borrar. Nos juntábamos, nos hinchábamos a jamón y
gambas y de postre siempre había...."tachan, tachan"....el clásico
ochentero-noventero por excelencia...la Comptesa!!!...(excepto un año que mi
padre se empeño en comprar un postre flambeado que esperaba que fuese la
sensación...ya se imaginaba él entrando en el salón con las luces apagadas con
la tarta envuelta en llamas cuál Nerón quemando Roma... y como os imagináis eso
ni prendió ni nada...adiós a sus 15 segundos de fama-piro-maníaca. Eso sí, hubo
alguna explicación teórica física-química-no-sé-qué de por qué no había salido
bien el asunto, faltaría más!).
La Noche en sí tenía una especie de ritual especial o guión predeterminado, ya sabíamos lo que iba a pasar y lo que tocaba después. Si no recuerdo mal los
primos nunca llegaban puntuales porque nos pagaban con la misma moneda, (y es que
nosotros llegábamos a comer TODOS los sábados del año a las 5 de la tarde...¡nos lo merecíamos!...).
Después se iniciaba la cena dónde mi madre nos
bombardeaba a preguntas sobre su tema favorito"¿cómo había ido el cole?"...Y pobre del que dijera
que mal, que ya sabía lo que le esperaba, y hasta se corría el riesgo que durante
la cena te preguntase la lección!¡se me hiela la sangre sólo de
recordarlo!¡qué terror!
Y una vez cenados venía la parte preferida de mi padre, que siempre ha tenido alma de "cantautor frustrado", se le encendían
los ojos, sacaba el "cancionero de villancicos" (creo que todavía
existe y vivo con miedo a que un día lo vuelva a sacar!), cogía la guitarra y
el "resto de instrumentos" (las zambombas, panderetas....y me parece
que había algún timbal...) y comenzábamos a destrozar "los peces en el
río", que nuestros abuelos (no sabemos si deleitados o ya hartos)
aplaudían con desazón...En algún momento de la interminable serenata los
primos, mi hermano y yo siempre salíamos con que ya que no cantábamos
más...pero mi padre, malvado y astuto, siempre se sacaba un As de la manga, una
amenaza que nos hacía sentir escalofríos..."Si no cantáis no va a venir
Papá Noel"...con eso nos ponía en ristre y meneábamos las panderetas como
dios...(y se cantaba hasta que hiciese falta oiga!).
Me acuerdo de esto y me río, me vuelvo niña...y me entra como una emoción
estúpida al saber que esos días, al menos de esa manera, y con esa misma ilusión ya no volverán. Es un recuerdo impagable saber que lo pasamos tan bien y lo felices que fuimos en aquellos momentos (si si, felicidad de típica familia americana de serie de TV, qué lo sepais!!).
Yo no soy muy navideña, pero a los que lo seáis os deseo unas Felices
Fiestas y espero que vuestras "Noche ¿Buenas?" aún sigan siendo igual
de buenas que las de mi infancia.
Besos!
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