martes, 15 de abril de 2014

Chiang Rai

     Como muchos ya saben estoy cumpliendo uno de mis sueños. ¡Ando de viaje mochilero!

     Para ser sinceros mi primera opción era Japón, pero aunque los vuelos costaban lo mismo el coste de la estancia se disparaba por tierras niponas y decidí posponerlo para otra ocasión y lanzarme de lleno a por mi segunda opción: Tailandia. Hace 9 días que llegamos y me está encantando.

     Me he propuesto hacer una serie de posts con los sitios que más me han gustado, y voy a comenzar por Chiang Rai, pequeña ciudad al norte del país.

    Llegamos a Chiang Rai desde Bangkok en un vuelo low-cost con Air Asia (1 hora y 15 minutos), allí nos alojamos una noche en una pensión bastante limpia y cerquita de la estación de autobuses, "Rinlada house", os la recomiendo, por 600THB la habitación doble con aire acondicionado (y desayuno incluido) merece la pena.

   Una vez instalados nos fuimos a la estación de autobuses para encontrar la forma de llegar al Templo Blanco que era lo que nos había llevado hasta allí.

A modo de curiosidad os dejo unas fotos de la estación de autobuses y del interior del "Urbano", (sí, lo sé, los ventiladores en el techo eran lo más...).










Y bueno, tras unos 35-40 minutos, 20THB, y un montón de sudores más tarde al fin llegamos a destino:

Wat Rong Khun (Templo blanco)

Tengo que decir que hasta el momento he visto sitios bastante chulos e impresionantes en Tailandia, pero este se lleva la palma por lo particular del mismo.

Para empezar la blancura impoluta que contrasta con cualquier otro templo multicolor, segundo la mezcla de tétrico y fascinante y tercero y sin lugar a dudas su originalidad.

Es un templo que se inició 1997 y que está aún en construcción. Se estima que aún tarde 60-90 años más en terminarse. La idea partió de un artista local Ajarn Chalermchai Kositpipat, estudiante de artes que decidió modernizar el arte busdista-thai dándole una vuelta de tuerca y consagrando su vida al proyecto de diseño y construcción este templo.

El artista tiene la intención formar él mismo a dos generaciones más de discípulos para que sigan su proyecto al pie de la letra cuando él muera. Pretende que el templo se convierta en un icono, algo así como un Taj majal o similares.

El tipo no acepta donaciones del gobierno ni de grandes corporaciones para no tener que verse obligado a cambiar la idea inicial de su proyecto, sólo recoge pequeñas donaciones de particulares y siempre anónimas. La entrada al Templo ( y al Golden Toilet, el autodenominado: "cuarto de baño más bonito del mundo"), son totalmente gratuitas, eso sí, si quieres puedes donar algo para la construcción y mantenimiento de las instalaciones.

Por fuera podéis observar en las fotos de lo que hablo, la pena es que dentro no dejaban hacer fotos, pero hay un monje budista inmóvil en meditación profunda y unos murales indescriptibles. Mezcla de pintura thai-budista salpicada de guiños a tiempos "más modernos". Y con esto quiero decir que, hay una especie de muerte-dragón-calavera (Thai style), y por en medio salen Freddy Krugger, Michael Jackson, Doraemon, Neo de Matrix ....y un largo, largo etc...Como curiosidad, os diré que, en los ojos de la muerte, quienes salen reflejados en sus pupilas son Bush Y Bin Laden...
Todo muy surrealista, muy curioso y muy molón. No deja indiferente.















Una vez visitado, nos volvimos a la estación de autobuses de Chiang Rai para buscar nuestro próximo objetivo, La casa Negra.

Ban daam museum  (Casa negra).

Esto es de esas cosas que uno se planta allí y se dice a sí mismo, ¿y esto qué mierda es?, ¿qué objetivo tiene la cosa?. Y no porque sea una mierda, que es bastante chulo, si no porque no sé de que vive esta gente.

Para empezar el autobús nos dejó en medio de una carretera y echamos a andar por un camino sin indicaciones hacia no se sabe donde con la típica solanera tailandesa de las tres de la tarde....y cuando llevábamos 15 minutos y empezábamos a pensar que por ahí no se iba a ningún lado atisbamos el primer cartel. Llegados al sitio (no había ni vigilante, ni te cobraban entrada ni nada de nada), había un  montón de cabañas al estilo "tailandés tradicional", de color negro, cada cual más impresionante, decoradas siniestramente con animales muertos. Tal cual. Huesos y pieles de animales muertos.



















Acabadas las visitas, nos fuimos al hotel, una ducha, una siesta y luego al mercado nocturno.





Y no nos dio para más :))) Mereció la pena el desplazamiento. Os lo recomiendo.



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